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HUMAN TALK

HACE MUCHO YA...

¿¡Por qué comparamos todo!?

9/30/2016

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Es curioso, ahora que va a empezar la promoción de mi proyecto musical, que en la mayoría de las notas de prensa o pre-entrevistas te pidan que aportes luz a un apartado muy muy importante para ellos: “¿Cuáles son tus referencias?”

Por desgracia, detrás de esa palabra medianamente diplomática, se esconde una idea más básica, una pregunta mucho más directa: “Dinos por favor con quién tenemos que compararte”.

El ser humano es así. Necesita comparar todo para poder asimilarlo. En twitter-land puedes leer miles de mensajes típicos con frases bucólicas hechas para auto-ayudarte como “No eres raro, eres único” o “Recuerda siempre que eres especial” o la mejor “Daría la vuelta al mundo y no encontraría nadie como tú”… Y sin embargo repetimos unas cien veces al día, consciente o inconscientemente, cosas como “Ah, eso me recuerda a… ” o “Esto es como cuando… ” o “Se parece a… ”.

Sí, por mucho que tengamos buenas intenciones, somos incapaces de mirar el mundo sin intentar encasillarlo dentro de nuestro esquema mental. Necesitamos una referencia para colocar en nuestro mapa mental cada cosa nueva que llega.

Pero, ¿porqué tiene que un artista (músico, cantante, escritor, pintor…) enclaustrar dentro la cárcel de la limitada comparación su obra? Ay Dios a veces me matan algunas cosas… ¿Os imagináis que un informático tuviera que dar referencias en una entrevista tipo: “Mi forma de trabajar es una mezcla entre la innovación de Stephen Jobs y la ambición de Bill Gates” o que le digan a un electricista cuando acaba su trabajo algo como “Oye, pues te das un aire a MacGyver”?

Pera la verdad es que siempre (o para ser sincero casi siempre) cada vez que le pongo a alguien algún tema mío para que lo escuche me preparo para la primera frase que van a pronunciar:

“Ay, me recuerdas a…”

A veces me sorprenden estas comparaciones porque pronuncian a un grupo que nunca he escuchado, otras me horrorizo al intentar asumir que pueda parecerme a algunas respuestas y otras incluso me siento halagado.

Lo complicado llega cuando me preguntan a mí. Sinceramente ¡no sé qué decir! Juro que no es una pose en plan “yo soy incomparable”, sino que simplemente aunque haya grupos que me encanten o los escuche mucho, no veo necesariamente una relación entre lo que me gusta y lo que después compongo.

Para complicar más la cosa, la comparación introduce un elemento en nuestras vidas que acaba destruyendo nuestra capacidad de ser libres. A veces la comparación perjudica al objeto, porque comparamos algo malo con algo mucho mejor. En un ejercicio de autodestrucción, oscurecemos nuestra vida vacía pensando “esto se parece a aquello pero aquello es mucho mejor” o “comparado con ese soy una mierda”

Claro este es el mejor de los casos (que en última instancia puede motivarnos a mejorar). Por desgracia nuestras tendencias destructivas nos hacen inclinarnos a un modo de comparación más extendido y peligroso: comparar/nos con algo peor. Entonces, y ahora en un ejercicio de cinismo, nos sentimos mucho mejor. Al comparar algo, alguien, o a nosotros mismos con algo peor, sentimos un deshonroso sentimiento de bienestar. “Eso es peor, así que yo soy mucho mejor”.

En serio, comparar es un coñazo, no me digáis que no.

Muchos de lo que me leáis aún no habréis escuchado una canción mía. En breve podréis; sale a la luz el primer single de mi álbum. Y sólo te pediré que cuando lo escuches no digas la temida frase, no mires con tu mente, no pienses que necesitas ubicar lo que oigas o sientas dentro de un esquema anterior.

Tu mente, tu alma, tu entendimiento y en definitiva, tu esencia más HUMANA es mucho, mucho más que eso. Está por encima de eso. Busca dentro de ti porque puedes hacerlo mucho mejor.

Mira el mundo siempre con ojos nuevos a cada momento.

Palabra de Human

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Esa cosa llamada creación

9/11/2016

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Cuando te dedicas a crear, ya sea haciendo música, letras de canciones, escribiendo relatos, libros, cuadros, poesías, fotografías, películas, cualquier cosa que sea crear de la nada y que esté relacionada con el arte, parece que estás inmerso y envuelto de un halo especial. Ahí es cuando uno se autodenomina artista y entonces pretendes hacer creer que tu vida adquiere más sentido que aquel que es fontanero o auditor de una empresa. O al menos parece que es más mágica o especial.

Pero el proceso de creación no sólo se limita a las actividades englobadas dentro del arte. Si el arte es construir desde el vacío algo que puede llevarnos a todos a una vida mejor, que nos puede inspirar o hacernos sentir más felices, entonces el fontanero y el auditor pueden ser artistas (y si no que te lo pregunten cuando se te atasque el fregadero o a esa empresa que contrata al auditor para conseguir mejorar sus ventas). Obviamente todos relacionamos el arte más directamente con una canción que nos toque el alma que con un informe de resultados de una empresa, pero el hecho de que sea un lenguaje más universal no lo hace más válido.

Quizá la confusión viene cuando uno piensa que todos podemos ser fontaneros pero no todos podemos ser escritores o no todos podemos hacer música y ahí es donde discrepo. Reconozco que soy un detractor acérrimo de esas expresiones tipo “yo no puedo hacerlo” “yo es que no valgo para eso” o “yo no nací para eso”… sencillamente porque para mí no es verdad.

Aunque todo hay que decirlo, si observas a los demás descubrirás que algunos tienen ciertas capacidades innatas para desarrollar esas cosas que no resultan fáciles de construir para otros. Puede ser que a alguien le sea más sencillo conectar con la creación y hacer una canción y a otros sencillamente les parezca imposible, pero no porque el que lo hace sea más especial. Simplemente ha aprendido a conectarse con ese “wifi” que te da cobertura directa con la creación y el que ha fallado en el intento de dar vida a algo desde el vacío, sólo tiene que conseguir la contraseña y seguro que acabará experimentando el milagro de dar a luz una obra.

“No existe ningún tipo de límites si tu deseo de crear es lo suficientemente fuerte”

Y para los que sostienen que crear es algo mágico… sinceramente cualquiera que haya compuesto muchas canciones, o que haya escrito uno o más libros, sabrá que el 70% de esa creación mágica no es más que puro oficio; no es más que aprendizaje, conocimiento, estar preparado técnicamente para desarrollar una obra. Ahí no hay nada de mágico. Sin ese 70% de preparación con el que te conviertes en una máquina capaz de crear no existe la magia. Nunca existiría.

Hay un 30% a lo que los demás llaman inspiración. Yo prefiero llamarlo conexión. Si hay una cosa que tengo clara es que el creador no es el propietario de su obra creada. Ni siquiera me atrevería a llamarme “creador”a mi mismo. Hay muchos que se consideran “tocados” por una varita por ser capaces de hacer canciones geniales o porque son artistas o porque han escrito un libro y tú no, y bla bla… no son conscientes de que no son los artífices de su obra, sino que no son más que un mero medio de transporte público.

Para los seres humanos, como creadores en cualquiera de los ámbitos, nuestro papel se limita a ser un canal. Ese canal se compone de un instrumento, instrumento del que hay que perfilar una parte de su maquinaría en un 70% como decía antes, y en el que confluyen nuestro cuerpo y nuestra mente. Después, cuando estamos preparados y nuestra parte subconsciente se expande, somos capaces de llegar a una “puerta”. Esa puerta nos lleva a un lugar maravilloso, un lugar donde están escritas todas las canciones más preciosas del mundo, las historias más alucinantes, las mejores películas, donde están ya impresas las poesías más desgarradoras, las óperas más sublimes, las fotografías más perfectas y mientras más seamos capaces de adentrarnos profundamente en ese lugar, más lograremos llegar a “parir” algo aún más maravilloso.

Esa la verdadera labor del artista: entrar ahí, coger un regalo, coger una creación y traerlo al mundo. Mientas más estemos dispuestos a pasar esa puerta, mientras más lo hagamos y con más insistencia, más maravilloso serán los regalos que encontremos.

Como decía el genio Picasso, “que la inspiración te pille trabajando”.

1 Comentario

    Juan Lobón

    The human, o la soportable levedad de ser simplemente uno mismo

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